lunes, 11 de agosto de 2008

monica

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Este año, la preocupación de Mónica sigue siendo el lugar que le damos al espectador.

La constante pregunta –mía, al menos: el espectador termina de completar la obra?- tuvo en mónica una línea, es su directriz digamos, que tuvo su gran momento con la feria de vanidades, al integrar al espectador como “creador y protagonista” de la obra.

Entonces, sigue la pregunta o vamos a una nueva pregunta?

Con moni hablamos de las fotos imposibles, las fotos que nos regala quizás la literatura, por ejemplo, eso que podemos pensar pero no podemos poner efectivamente en imagen.

Y aquí quizás estamos hablando de un espectáculo interior, una imagen interna difícil de traspasarse a la imagen en “el afuera”. A la par de esto, mónica piensa en la inclusión de frases-preguntas en el texto, quizás para plantear algo más de lo que estamos viendo, un plus que, en una “idealidad”, ampliaría el espacio de la obra.

La resultante, sin embargo, no es tal. Empequeñecen las fotografías, las encierran al marco del “cuadro”, haciéndolas soporte de las frases y no imágenes de si mismas.


Me acerco, con la cámara. Disparo. La resultante: estoy ahí, en la imagen, de manera anónima para ella. La frase desaparece, queda el resto del blanco y negro diluido.




No hace falta la frase, estamos ahí: en el acercamiento.

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